La ingeniería social es una técnica empleada por cibercriminales para influir en las personas y lograr que revelen información sensible o realicen acciones que pongan en riesgo su seguridad. Estas estrategias se basan en explotar la confianza, el miedo, la urgencia y la curiosidad de las víctimas para alcanzar sus metas. A continuación, analizaremos cuatro de las tácticas más comunes de ingeniería social: Phishing, Pretexting, Baiting y Tailgating.
Phishing.
Se presenta como una de las tácticas más frecuentes y peligrosas en el ámbito de la ingeniería social. Esta técnica implica el envío de correos electrónicos, mensajes de texto o enlaces maliciosos que simulan ser de entidades legítimas, tales como bancos, servicios de pago o plataformas reconocidas. El objetivo es engañar a las víctimas para que compartan información sensible, como contraseñas, números de tarjetas de crédito o credenciales de acceso.
¿Cómo opera?
Los ataques de phishing suelen ser extremadamente persuasivos, empleando logotipos, nombres y formatos que imitan a las entidades reales. Los cibercriminales envían mensajes que incluyen enlaces a sitios web fraudulentos, que son copias casi idénticas de los sitios auténticos, cuando la víctima introduce sus credenciales en estos portales, la información es recolectada por los atacantes.
Un ejemplo típico de phishing es un correo electrónico que parece provenir de un banco, advirtiendo al destinatario sobre una actividad sospechosa en su cuenta. Este mensaje incluye un enlace para «verificar» la cuenta, que redirige a un sitio falso donde se solicita la información de acceso.
¿Cómo prevenirlo?
Para protegerte del phishing, es fundamental abstenerse de hacer clic en enlaces de correos o mensajes que no has solicitado. También, se aconseja comprobar siempre la URL de los sitios web antes de introducir información confidencial y activar la autenticación en dos pasos para proporcionar una capa adicional de seguridad. Y no menos importante se recomienda utilizar una solución antiphishing fiable.
Pretexting.
Esta es una estrategia en la que el atacante elabora un escenario ficticio o un pretexto con el fin de obtener información valiosa de la víctima. A diferencia del phishing, el pretexting se centra más en crear una narrativa convincente para engañar a la persona afectada.
¿Cómo opera?
En un ataque de pretexting, el agresor puede suplantar a una figura de autoridad, como un oficial de policía, un empleado bancario o incluso un colega. A través de este engaño, logra persuadir a la víctima de que debe proporcionar información personal, financiera o corporativa para solucionar un problema que aparenta ser real.
Un caso de pretexting podría ser un atacante que llama a un empleado de una empresa, haciéndose pasar por un técnico de soporte y pidiendo acceso a las credenciales de la red para «solucionar» un problema urgente.
¿Cómo prevenirlo?
La forma más efectiva de prevenir el pretexting es a través de la educación y la concienciación. Es esencial que las personas reciban capacitación para confirmar identidades y solicitudes antes de proporcionar información confidencial. Asimismo, las organizaciones deben establecer políticas rigurosas para la divulgación de datos.
Baiting.
Este consiste en presentar una oferta atractiva, como una descarga gratuita o acceso a contenido exclusivo, con el fin de que la víctima realice una acción que ponga en riesgo su seguridad. Esta acción normalmente resulta en la instalación de malware o en la divulgación de información personal.
¿Cómo opera?
Los delincuentes diseñan cebos tentadores, como software gratuito, música o películas piratas, que incluyen software malicioso. Cuando la víctima sucumbe a la tentación y descarga el archivo, el malware se instala en su dispositivo, permitiendo a los atacantes acceder a información confidencial o tomar control de forma remota.
Un ejemplo de baiting es un USB infectado dejado en un lugar público, como el estacionamiento de una empresa. Un empleado curioso podría recogerlo y conectarlo a su computadora, infectando la red de la empresa con un virus.
¿Cómo prevenirlo?
Para resguardarse del baiting, es esencial ser escéptico ante ofertas que parecen demasiado buenas para ser reales y abstenerse de descargar archivos o conectar dispositivos desconocidos a su sistema. Las empresas deben instruir a sus empleados sobre los peligros asociados con esta táctica, además, es fundamental realizar una revisión y actualización regular de las cuentas y antivirus. Esto garantiza que todos los programas de protección estén al día y ayuda a prevenir vulnerabilidades de cualquier tipo.
Tailgating.
También conocido como «piggybacking», es una estrategia utilizada por los atacantes para ingresar a un área restringida al seguir a una persona con acceso legítimo, sin que esta última lo perciba.
¿Cómo opera?
En un escenario habitual de tailgating, un atacante se sitúa cerca de una entrada restringida, aguardando a que alguien con acceso autorizado ingrese. Posteriormente, sigue a esa persona sin ser visto, aprovechando la confianza o la distracción del empleado.
Un ejemplo típico es un intruso que se infiltra en un edificio de oficinas al seguir a un empleado que sostiene la puerta, convencido de que es un compañero de trabajo.
¿Cómo prevenirlo?
Para prevenir el tailgating, las organizaciones deben establecer controles de acceso rigurosos y capacitar a sus empleados para que no permitan la entrada de personas desconocidas. Utilizar tarjetas de acceso personalizadas puede ser una medida efectiva para reducir este riesgo, además, implementar un sistema de autenticación multifactor, simplificar la denuncia de incidentes y elaborar un plan de control de accesos.
Las tácticas de ingeniería social constituyen un riesgo considerable para la seguridad, tanto a nivel personal como empresarial, conocer el funcionamiento del phishing, pretexting, baiting y tailgating es fundamental para resguardarse de estos ataques.
Una prevención efectiva implica una combinación de educación, políticas rigurosas y la implementación de herramientas de seguridad avanzadas. En un entorno donde la información se ha convertido en uno de los recursos más preciados, es crucial permanecer alerta y preparado para no caer en las trampas tendidas por los cibercriminales.